El término Fine-Art aplicado a la fotografía refiere a observar a ésta como obra de arte y no como mera
fotografía que se puede vender en un banco de imágenes y ganar un dinero. Para que
una foto sea considerada Fine-Art se le tiene que dar ese valor de algún modo: por
el tema de la foto, la composición, el momento único, la historia, etc. Así como también, por
la seriación de la foto (si se hace 1 copia o 200, cambia mucho el valor) y el método
de reproducción que se utilice ya que debe garantizar que la obra vaya a perdurar en el
tiempo y no se degrade rápidamente.
El proceso o la tecnología de impresión por el cuál se obtine una fotografía de calidad Fine Art se llama Giclée, palabra francesa que significa "Esparcir". La impresión Giclée utiliza de 8 a 11 tintas pigmentadas especiales que lleva a aumentar el gamout de color con que se imprime la fotografía del artista.
Si la impresión Giclée se hace sobre un papel estucado de calidad artística, libre de ácido
y con una longevidad en su calidad
de más de 70 años, estaremos comenzando a hablar de una obra fotográfica impresa con calidad Fine Art.
Imprimir a través del proceso Giclée supone una gran ventaja para fotógrafos y artistas que quieren reproducir sus obras o fotografías en función de sus necesidades o bajo demanda. Los archivos digitales no se deterioran y pueden ser reproducidos en cualquier momento, en cualquier cantidad, a cualquier tamaño y sobre diferentes soportes. Todo, elegido y decidido exclusivamente por el artista y no por el taller de impresión.
La impresión Giclée está considerada como la mejor técnica que existe actualmente para la reproducción de obras de arte originales.